jueves, 12 de febrero de 2009

Evolucionando

Hace hoy doscientos años, nació Charles Darwin en la localidad de Shrewsbury, donde estuve hace cinco años (ciudad un poco gris y fea, la verdad que sólo la recuerdo por el científico y porque fue donde mis compañeros fueron conjuntamente a hacerse piercings varios en aquel verano).

Aquel nacimiento y el posterior desarrollo científico supusieron un punto y aparte en el mundo de la Biología. Embarcado en el Beagle con sólo 22 años, pudo recorrer medio mundo, visitando Cabo Verde, las Azores, las Galápagos, tahití, etc. Escribiendo "El origen de las especies" recibió la noticia de que otro investigador, Alfred Russell Wallace, estaba trabajando con las mismas hipótesis que él mismo. Presentaron ambos la teoría en la Sociedad Linneana, de Carl von Linneo, otro científico que revolucionó para siempre la Biología.

A partir de entonces, las teoría de la evolución de Darwin fue comenzando a ser aceptada, aunque en muchos lugares llegaran a ridiculizarle. Para muestra un botón, aquí en España, las botellas de anís del mono tienen todavía una caricatura de Charles Darwin con el cuerpo de un mono. ¡Cómo iba el ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, descender de los primates! ¡Por favor! Una muestra más, sin lugar a dudas, de que en el campo del batallar científico todavía quedan por destruir muchas paredes invisibles, construidas a bases de dogmas y fe sin escrúpulos ninguno.

Un homenaje hoy que cumpliría doscientos años...

miércoles, 11 de febrero de 2009

Ruido de sables

Es curioso que en estos días de descorrer cortinas, destapar alfombras y ruido de sables en el principal partido de la oposición, se acuse al juez Garzón de filtrar sumarios, apoyar al Gobierno, etc. ¿Dónde queda eso de que la Justicia es imparcial, dónde queda eso del respecto al tercer poder del Estado? Ahora la culpa de las tramas de corrupción, de la vergüenza de los trapos sucios, de la mierda de debajo de las alfombras, la tienen los otros.

Claro.

Manda güevos, que diría uno de sus acólitos.

martes, 10 de febrero de 2009

En el principio

Cuentan que el químico August Kekulé, tratando de desenmarañar la estructura química de un compuesto (el benceno), daba vueltas y vueltas a las hipótesis e ideas que le surgían. Tan remotamente alejado estaba de llegar a un cruce de caminos, cansado de desenmarañar hilos entretejidos y apelotonados en un ovillo, que se quedó dormido en su sillón contemplando el fuego.

Sobresaltado se despertó, a los pocos segundos, tras haber visto en ese estado de semi-inconsciencia que algunos llaman sueño, una serpiente de fuego, tratando de atrapar su propia cola. Maravillado, contempló la hoguera, y entendió que había desentrañado uno de los misterios de la Química de aquellos años (mil ochocientos y pico).

Así es como empieza este blog, con los miedos de un principio (para mí las serpientes nunca han sido plato de gusto), pero con la fascinación de un sendero aún por recorrer (¿quién no se ha pasado una tarde entera sólo contemplando el fuego?).

Echo algo de leña a mi particular hoguera y me quedo vislumbrando el fuego. No sea que algún hilo o trenza se consuma entre las llamas.

Bienvenidos/as